El Imperio Contraataca
¿Qué se puede escribir sobre Star Wars que no se haya dicho antes? Probablemente ya muy poco, aunque, dadas las recientes circunstancias en el ámbito de las franquicias, es posible que la fuente se abra de nuevo, al menos por un tiempo.
Nunca he sido un purista, no soy de los que afirman que sólo la primera versión de una película es la buena, y esto lo descubrí al disfrutar muchísimo de Blade Runner - Director's Cut ó más recientemente de la absolutamente genial Apocalypse Now Redux.
Con la nueva edición digital de Star Wars (La Guerra de las Galaxias) las cosas no son tan refinadas como con el debralle de Coppola, pero aún así están envueltas en un halo pseudomágico -que bueno, lamentablemente apesta como todo lo que Lucas hace recientemente, a puro dinero- que se elevó por el aire en las dos semanitas previas al DVD release, cuando Lucas volvió a ser dueño del mundo, acaparando noticieros y rompiendo récords de rating con los especiales estarwaseros de VH1, E! o MTV.
Como -literalmente- todo el mundo sabe, el capítulo "final" de la saga más exitosa del siglo será proyectado en mayo del año entrante, y las salas de cine de todo el globo se atascarán con los que quieran ver como Anakin Skywalker se cae a un pozo de lava tras de una fuerte lucha física y emocional con su tutor Obi Wan Kenobi, quien trata de protegerlo de las garras del malvado Emperador Palpatine, que lo ha seducido ya a unirse a él para tener el control de la Galaxia.
Whatever.
Muchas cosas sucederán cuando este filme llegue a las pantallas: para empezar los fans podrán al fin tener todas las piezas del rompecabezas de la familia Skywalker. Innumerables serán los juguetitos y artilugios que se venderán y que colectarán incluso unos cuantos millones más que las puras entradas a los cines. Imposible de soportar con buen estómago será el anuncio de que la franquicia será ahora vendida para -agarrense porque no es mentira- una serie de televisión. Buena o mala, la sexta entrega de la historia y tercera en orden de re-visión, será la película más vista en el mundo por algunas semanas, o meses o años, y Lucas será por otro largo tiempo el apellido más famoso después de ______________ (anote su favorito).
Y en esta atmósfera de billetes y billetes, como video de hip-hop pero sin chavas nalgonas (aclaremos: Natalie Portman está muy bien formada pero no tan bien dotada, y Carrie Fisher nunca se distinguió por un gran trasero), es que hace poco me decidí a rentar mi episodio favorito de la serie, el único que re-veo sin flojera y el único que como obra cinematográfica aprecio realmente: el segundo (o quinto, pues), que lleva por título El Imperio Contraataca.
La historia cuenta que el buen George estaba tan afanado con financiamientos, trámites y todas esas viscicitudes propias de una millonaria franquicia en potencia en la que todos querían meter las narices, que decidió poner a un director contratado -algo desconocido- en su silla y asi poder dedicarse de lleno a todo lo demás. Jamás se imaginó Lucas que este fué su más grande acierto. Irvin Keshner, veterano de películas de acción, con alguna que otra cinta de guerra en su haber, dió al episodio la marcialidad y la sobriedad que requería. Además tuvo mucho más visión para dar un seguimiento cuidadoso al guión a pesar del mar de efectos y artilugios. Lo que parecía imposible de lograr, es decir, romper aquel lema de que "nunca segundas partes fueron buenas", fué de pronto posible, y El Imperio Contraataca resultó ser una de las mejores secuelas de la historia, tomando un privilegiado lugar junto al Padrino 2a. parte.
Keshner se dió cuenta de que los personajes eran lo suficientemente sólidos como para explotar sus debilidades, y es de este modo que el Imperio Contraataca muestra a un Han Solo más bribón, perfectamente capaz de seducir a la princesita que es majestuosamente retratada en su verdadera faceta, la de chava nerd trabajoholica, que le hace falta un novio para desentiesarse. Luke Skywalker es en cambio, el típico chavito que no sabe exactamente lo que quiere, pero que lo busca afanosamente.
La historia comienza meses después de la destrucción de la Estrella de la Muerte, y sabemos al ver la cinta que nos hemos perdido de cosas, como el desarrollo de una relación de compadres entre Solo y Skywalker, con las consiguientes burletas adolescentes a la chava de la banda, en este caso la princesita. Podemos imaginar que ha habido innumerables ocasiones en la cafeteria de la base rebelde en las que los dos varones habrán hecho chistes vulgares usando de sparring al chango (chewbacca) solo para hacer enojar a la mirreina, y de esos desplantes de machismo habrá nacido de alguna manera el flirteo con Solo, pues la princesa obviamente habrá caido redondita ante las fanfarronadas y el carácter más libre y maduro del viajado y viejado contrabandista, tan en contraste con la timidez de Skywalker, típico chavo que nunca salió de su cuadra y que por tanto no haya (ni decide) como siquiera atreverse a llegarle a la monita, que bueno, al final resultó ser su hermana (fiú). Me pregunto que opinará de todo esto Angelina Jolie.
Luego está la escena de la batalla de las nieves. Yo creo que independientemente de los efectos especiales, la genialidad estriba en que es realmente una escena de guerra. Hay movilización de artillería y de infantería, asalto aéreo y antiaéreo, etc., sin contar el hecho de que salen esas madres como camellos que se ven bien chingonas aún después de veintitantos años. Los guamazos son realistas, los extras auténticos soldados noruegos y las escaramuzas bien montadas. Realmente yo reclamo, ¿era tán difícil de recrear esto en la batalla final del episodio II? ¿porqué cambiar esta fórmula, que funciona de pocamadre, por una caricatura que a nadie convence?
Luego el Yoda. Carajo, que bien escogido, por mas trivial que parezca, el usar la fórmula del maestro de kung fu con su querido saltamontes. Coño, pregúntele a Tarantino que tan efectivo es el cliché. Y es que de pronto esa cosa que era medio rara, llamada la Fuerza, queda de pronto clarísima al ser manejada a la perfección por un marcianito verde que uno cree que ya está para echarle azúcar a los churros. Otra cosa que es muy chida es el saber que para ser Jedi uno puede
entrenar por años y años para perfeccionar el arte, o bien, si tiene uno prisas como en el caso de Luke Skywalker, tomar un crash course de dos días con el master de masters. O menos, porque uno no entiende bien si todo esto sucede mientras al Halcón milenario lo persiguen en el cinturón de asteroides, tal vez por unas horas. Mejor no preguntemos, a fin de cuentas eso es relatividad general y no todos los que leen esto saben algebra tensorial.
Los otros dos puntos clave de el Imperio son 1) el faje sabroso que le pega el Han Solo a la princesa antes de ser interrumpido por el censor, en la voz de sitripio, y que nos deja claras las reglas de como ligar en el espacio, y bajo la presión de la tira persiguiendote, y 2) el terrible lío de la carbonita, en la que me dejan al Han solo en calidad de alto relieve, y que marca el final de la cinta, dejando a todos en suspenso.
Ah si, estábamos olvidando el momento crucial en el que papá e hijo se echan un tirito y luego le dan crédito a tantas y tantas telenovelas del canal de las estrellas con el inolvidable "yo soy tu padre" de Darth Vader. En mi país si alguien te dice "soy tu padre" es realmente ofensivo y merece que de menos se la regreses, de suerte que no se ve muy bien que el Luke se eche a llorar y luego se tire al pozo ante tamaña afrenta, en vez de al menos levantar el muñoncito a la altura de la oreja y moverlo repetidamente hacia atrás, cosa que al menos hubiera dejado más pareja la pelea.
Ya le paro, porque de otro modo esto en vez de un filmingo ya es toda la parvada. Pero me despido diciendo una cosa: Star Wars no es solo una bola de películas que la gente ha sobrevaluado. Es realmente uno de los fenómenos sociales más impresionantes y sobados del siglo 20, que junto a la Beatlemanía hacen de la industria del entretenimiento la más poderosa después de la industria militar. Posiblemente, como mencionamos al principio, nunca hablaremos o diremos suficiente sobre la franquicia Lucasiana, pero si mentaremos madres una y otra vez al ver a los Ewoks, se nos parará al ver a la princesa en bikini junto al Jabba, nos burlaremos de lo puto que es el sitripio, nos preguntaremos como le harán para soportar el hedor del chango sobredesarrollado los tripulantes del halcón y sobre todo, como le hará el Vader para ir al baño.
Ok, ok les doy la respuesta para que duerman bien: usando la fuerza.