Finder's Fee

Es ésta la típica película que uno nunca vería si no se la recomiendan. Cierto es que la presencia tras la cámara de Jeff Probs, presentador del reality show americano Survivor, no augura, a priori, un buen resultado. Nada más lejos de la realidad, el producto final es bueno y digno de ser visionado.

El argumento es de lo más sencillo y se resume en dos encuentros: el de una billetera por parte de uno de los protagonistas y el de unos amigos con el fin de jugar al poker. El caso es que el encuentro de ambos encuentros, valga la redundancia, desencadena una trama no del todo agradable para los personajes. Gira la historia pues entorno a cuatro amigos y al desconocido dueño de la billetera encarnado por James Earl Jones, al que seguro recordarán por haberlo visto pasear junto a Kevin Costner a lo largo y ancho de un campo de baseball nacido de la nada. Le sonarán también, al más avispado, un policía que aparece por allí (Robert Foster), y que aparecía fugazmente también interpretando a un agente de la ley en Mulholland Drive, y uno de los amigos, el caradura de todo buen grupo que se precie, del protagonista (Matthew Lillard), famoso últimamente por ser el compañero de fatigas de un can.

Llegados a este punto estoy en disposición de decir que esta película merece ser visionada pese a no contar con grandes reclamos. No, más allá de la trama que plantea y como la plantea. Qué haría usted si se encontrara una billetera con un ticket de lotería premiado en su interior? Película de personajes cuya historia dura el tiempo que dura el metraje y que no es ni corta ni larga, sino todo lo contrario. De verdad, hágase un favor a usted y a su conciencia, y disfrute de esta obra.

Yo la vería con los amigos, después de jugar una de esas partidas de poker semanales que contentan a unos y entristecen, o sea, joden, a otros. Recomendarla, la recomendaría a todo aquel que robó un chicle en el supermercado cuando era joven; si aún no lo ha hecho, todavía está a tiempo antes de verla...